- La capital nipona ofrece en el comienzo del año multitud de actividades y festival que el viajero no podrá perderse. n
- Pasear por las calles de Tokio y observar la flor del ciruelo dibujando paisajes inalcanzables o disfrutar de uno de los festivales donde cobra protagonismo Daruma, símbolo de bienestar y buena suerte, son algunas de las visitas que propone Turismo de Tokio. n
Floración de ciruelos blancos, rojos y amarillos
Un espectáculo que no deja indiferente a ningún viajero es la floración del ciruelo en invierno, que alcanza su máximo esplendor en febrero durante el período de transición de la estación fría a la primavera. Aunque la flor más representativa es la flor del cerezo, la flor del ciruelo es desde la antigüedad una representación de la expresión “hanami” – “ir a ver las flores”.
El Parque de los Ciruelos, en la ciudad de Ōme, es uno de los puntos más significativos para contemplar sus 1.500 ciruelos categorizados en 120 especies aromáticas en tonos blancos y rojos. Por otra parte, en el Museo Kyōdo-no-Mori pueden apreciarse otros 1.100 ciruelos, destacando la especie “rōbai” de color amarillo, y en el Parque Hanegi de Setagaya, podrá contemplarse la distinguida especie “omoi no mama” donde brotan flores de color rojo y blanco en el mismo árbol.
Festival “Daruma Kuyo”, primer patriarca del Zen
No hay que olvidar el tradicional festival “Daruma Kuyo”, celebrado en el Templo Nishi-Arai Daishi, un antiguo y reconocido templo donde todo visitante quema la figura de Daruma como agradecimiento a los propósitos que se han cumplido en el año, siendo ésta un símbolo en el que se recogen todos los deseos para el bienestar de la familia y los buenos deseos para los negocios. Además de ser partícipe de este legendario evento, el viajero puede disfrutar de un ambiente sin igual y adquirir esta colorida imagen que representa al fundador y primer patriarca del Zen.
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