La salud bucodental es clave para el bienestar del individuo. Algo tan rotundo y cierto necesita, en muchas ocasiones, de explicación.
Pese a que los profesionales recomiendan, al menos, una revisión anual para realizar la pertinente limpieza de boca y verificar que las piezas están sanas, la realidad es que los españoles alargan esta revisión una media de dos años y medio. Para hacerse a una idea de la dejadez en este sentido, con la pandemia, más de la mitad de los españoles no pisó el dentista entre 2019 y 2021.
Sin embargo, garantizar la salud bucodental es clave para encontrarse bien y evitar ciertas dolencias. Lo primero a tener en cuenta es que la boca es la puerta de entrada de los alimentos y bebidas a nuestro organismo, pero también forma parte de la respiración ya que, en momentos deportivos, se exhala por ella.
De ahí que sea primordial mantenerla en perfecto estado. Pero, ¿cuáles son las tres dolencias más habituales a las que se enfrenta un dentista?
“Durante mucho tiempo las caries o incluso, yendo más allá, la necesidad de endodoncia, era uno de los tratamientos más recurrentes. Sin embargo, esto ha ido cambiando, también auspiciado, por el nerviosismo y estrés de los últimos años” explican desde Clínica Dental Carrilet 100.
Pasada la época de confinamiento, uno de los principales motivos para acudir al dentista tuvo que ver con el bruxismo y la rotura de piezas por la alta presión con la que se aprietan las mandíbulas en momentos de estrés. Según los últimos estudios, en ese momento, durante la segunda mitad del 2020, más del 70% de los españoles sufrían esta dolencia.
“Aunque en la mayoría de los casos de asocia a problemas de sueño y estrés, también puede llegarse al bruxismo por una mala alimentación o incluso por la necesidad de corregir la postura al dormir o incluso apostar por una ortodoncia que alinee correctamente los dientes” explican desde la clínica. De hecho, entre los tratamientos más habituales en este sentido se encuentra la férula de descarga que busca relajar en las horas de sueño esa zona o bien, en casos más extremos, la rehabilitación protésica.
A esta dolencia se suman tanto la caries, cuya cura busca conseguir sanar el diente para evitar su extracción. Si la caries está muy extendida, es el momento de plantear una endodoncia para el mismo objetivo: conservar la pieza para poder seguir masticando de forma cómoda.
En tercer lugar, para cerrar el rango de consultas más habitual, se encuentra la enfermedad periodontal, que afecta a los tejidos que sirven de soporte al diente: encía y hueso.
La inflamación, más allá de provocar sensibilidad y de provocar infección en la zona de forma habitual, puede llevar si no se toma en serio y se trata incluso la destrucción del hueso alveolar y, con ello también, la pérdida de la pieza.