Como se sabe cuándo una persona pierde el pulso bruscamente o cae desplomado sin conciencia, este estado sólo puede revertirse con una descarga eléctrica entre los tres y nueve minutos siguientes al comienzo de los síntomas antes mencionados.Desafortunadamente, estos episodios suelen producirse fuera de los hospitales y sólo el 10% son atendidos por personal médico cualificado, por lo que la ciencia ha querido contar con los elementos necesarios es decir con un desfibrilador para que las personas tengan como sobrevivir a este tiempo que pone en riesgo su vida.

Para un mayor conocimiento, según la Asociación Española de Cardiología, los pasos que se deben seguir ante una emergencia cardíaca de estas características son los definidos como la cadena de supervivencia, los cuales consisten en avisar rápidamente a los servicios de emergencias y aplicar la reanimación cardiopulmonar seguida de la desfibrilación precoz hasta que llegue la unidad de soporte vital avanzado, por medio de los desfibriladores. 

De ahí la importancia de estas columnas de rescate instaladas en diversos puntos de las ciudades, ya que una vez activadas avisa de manera automática a los servicios de emergencia, lo que sin duda es una gran ayuda para poder sacar adelante un momento de tensión como lo es un ataque al corazón. 

El desfibrilador es un equipo que cuenta con un sistema computarizado de análisis del ritmo cardíaco que monitoriza el ritmo del corazón y, cuando es preciso, libera un choque eléctrico sin necesidad de que la persona que lo utilice sepa reconocer los ritmos cardíacos. Su manejo es sencillo, ya que únicamente deben ponerse los electrodos adhesivos que lleva el aparato en la persona que ha sufrido un paro cardíaco; además que los distribuidores de desfibriladores explican de forma detallada como se utiliza este gran aparato. 

Vale decir que las columnas de rescate incorporan un panel con dibujos donde se explica qué pasos dar en caso de pérdida de la conciencia, los cuales consisten en comprobar el pulso, el nivel de conciencia, realizar maniobras de reanimación y, llegado el caso, proceder a realizar una descarga eléctrica sobre la caja torácica de la víctima. Los desfibriladores pueden ser automáticos y semiautomáticos.