Cada vez que realizamos modificaciones en casa, cambios de electrodomésticos o reformas en general, nos asalta una duda ¿qué hacemos con los materiales sobrantes? Parte de los restos son chatarra que puede ser reutilizada si seguimos el proceso adecuado. En Madrid numerosas empresas se dedican a la compra de chatarra, pero ¿sabemos cómo funcionan realmente?

Según la RAE, la chatarra es “materia de desecho, formada por trozos de metal de objetos, máquinas o aparatos viejos, que puede ser transformada en material útil” Normalmente, ésta suele referirse al hierro, cobre, acero y derivados. Por tanto, prácticamente todo lo que nos rodea puede ser reciclado en chatarrerías o gestores de residuos autorizados. Pero, debemos ser cautos porque hay compradores ilegales que perjudican el negocio de la chatarra, además del medioambiente, ya que no realizan un tratamiento adecuado de la misma, siendo revendidas incluso en numerosas ocasiones.

La realidad es que las chatarrerías cada vez tienen menos facturaciones y, aunque se realizan más controles por parte de las instituciones, la situación es complicada. El aumento de controles evita que los “chatarreros” ilegales, quienes normalmente negocian con material robado, está ayudando a que las empresas oficiales de compra de la chatarra puedan regir sus negocios con mejores resultados, pero no es suficiente.

Por otra parte, los robos, como en el caso del cobre, perjudica sus precios. El motivo es que, si los precios son altos, esto anima a que los ladrones  continúen extrayendo cobre de manera ilícita. Aunque España siga estando entre los primeros puestos de exportaciones en chatarra y el cobre sea uno de los materiales con alto porcentaje, con un 60% aproximadamente, 

Por esta razón, acudir a centros autorizados en la venta y compra de chatarra, como es el caso de Recemsa, asegura un mayor rendimiento y mejor gestión de las materias, cuyo reciclaje supone un ahorro económico y de gasto energético que beneficia en diversos aspectos.