Dentro del proceso que conlleva la construcción de una edificación es muy importante tener presente un gran número de aspectos. Entre ellos se encuentra el hacer un estudio geológico de la zona donde se va a realizar la construcción, la consolidación de suelos o incluso tener en cuenta la expansión de los materiales durante los meses más calurosos de verano.
Todos sabemos que el calor dilata los cuerpos, prácticamente todos los sólidos se dilatan cuando adquieren cierta temperatura y también se encogen cuando se enfrían. Puede ser una dilatación o contracción pequeña pero está claro que sus consecuencias pueden llegar a ser muy importantes.
El clima tiene un alto nivel de incidencia en la arquitectura, como por ejemplo en el aprovisionamiento energético de una construcción o también la incidencia de los rayos solares sobre las cubiertas de los edificios, algo que incide directamente sobre la temperatura de la edificación.
Por otro lado, en los muros con forjados de vigas que se encuentren sometidas a la dilatación por culpa del calor, se pueden llegar a producir problemas de empujes. En caso de que el muro no sea muy rígido y éste esté próximo al suelo, el calor puede producir una doble rotación externa.
En la proyección de la construcción también es necesario prever los espacios suficientes en las entregas en relación a posibles dilataciones cuando se produzcan altas temperaturas durante los meses de verano. Se debe tener muy presente que a causa de la dilatación pueden llegar a producirse desplazamientos o punzonamiento, efecto que se manifestará por el exterior.
nAsimismo debido a la dilatación pueden producirse desplazamientos de muros arrancamientos de muro o incluso punzonamiento inverso. Hay que poner especial precaución en los efectos de las dilataciones en los encuentros de los forjados, tanto planos como inclinados o cubiertas sobre los paramentos.