Conocer el cuerpo humano es un largo recorrido, existen muchas membranas, huesos, piel, cabello y venas que dictan la salud, fuerza y comportamiento del mismo. Es muy importante saber para qué sirve cada parte y cómo cuidarlo. Por eso es bueno saber qué alimentos ingerir y para qué nos servirá, somos lo que comemos, como una máquina que debe ser tratada de manera delicada y específica.
Nuestra energía, fuerza y portencia es principalmente motivada por la cantidad y calidad de los glóbulos rojos y glóbulos blancos que desarrollamos. Normalmente, cuando hacemos un análisis de sangre, nos preocupamos sólo por tener los niveles de azúcar y de plaquetas correctos, pero dejamos de lado otros resultados tan importantes como ellos. Uno de estos es el nivel de basofilos que tenemos. El mantener los niveles correctos nos ayudará a desarrollarnos de manera más saludable y activa en el día a día.
Los basófilos son un tipo de glóbulos blancos que se desarrollan en la médula ósea para distribuir a través de la sangre, defensas contra alergias e infecciones respiratorias. El problema y la delicadeza de los basofilos es que si suben los niveles y tenemos basófilos altos, podemos desarrollar no solo cansancio, fatiga, dolores de cabeza extremos y cardiovasculares; sino que van en crecimiento y se puede desarrollar la enfermedad de bazo o algún tipo de anemia, que si no se trata a tiempo puede terminar en leucemia.
Es por eso que debemos concoer cada cierto tiempo, cómo están nuestros glóbulos blancos y los niveles de basofilos