La enorme digitalización que ha sufrido el comercio a nivel mundial ha provocado un cambio total de paradigma en lo que a distribución, promoción y venta de servicios o productos se refiere. Y es que lo que antaño se vendía de un modo local, hoy en día puede tener un alcance global gracias a la red y a los dispositivos electrónicos, que actúan de intermediarios entre vendedor y cliente.

La posibilidad de contar con un eCommerce ha hecho que muchos negocios, hoy en día, den el paso al mercado internacional. Gracias al comercio electrónico, la inversión y las infraestructuras necesarias para vender más allá de las fronteras de un país se ven drásticamente reducidas.

El comercio electrónico se ha convertido en una de las grandes transformaciones de este siglo traídas por Internet, gracias a las muchas ventajas que ello tiene tanto para las empresas como para los clientes. De hecho, según algunas estadísticas, hasta un 22% de la población mundial utiliza el eCommerce como forma de adquirir aquello que busca.

La traducción, piedra angular de la internacionalización

Uno de los grandes beneficios del eCommerce para cualquier tipo de negocio es la enorme proyección que le permite tener, independientemente de si se trata de una empresa de venta B2B o B2C, que realiza grandes facturaciones o otras más modestas.

No debemos olvidar que hoy en día Internet es el escaparate más grande del mundo, por lo que tener presencia en la red es indispensable si lo que queremos es tener visibilidad y llegar a la mayor audiencia posible. Precisamente, lo que permite el comercio electrónico es democratizar la posibilidad de ser competitivos y mejorar los niveles de venta y beneficios.

Es por ello que muchas empresas ya se han puesto las pilas en lo que a traducción eCommerce se refiere, con el objetivo de mostrar una imagen profesional, ofreciendo un determinado servicio al máximo de gente posible. De este modo, traducir todo el contenido de una página web o tienda online facilita el acceso al público objetivo de cualquier negocio, en cualquier país.

Traducir un ecommerce no se limita a traducir los textos de la web. Para una correcta experiencia del cliente, se deben ofrecer en el idioma nativo de cada usuario elementos como las fichas de producto, los emails de confirmación, las metaetiquetas, metadatos, los chats de ayuda al usuario o los banners de la página. 

También hay que tener en cuenta que un eCommerce se actualizará con nuevos productos frecuentemente, por lo que hay que asegurar que el flujo de trabajo sea correcto, para que los usuarios de todas las regiones puedan ver los contenidos traducidos que se van añadiendo periódicamente. A todo esto hay que sumar el factor técnico, puesto que diferentes entornos pueden precisar de unos códigos y un software preciso. 

Es decir, más allá del contenido visible para los internautas, hay otros niveles invisibles en los que es necesario trabajar para que la página web funcione correctamente en todas las regiones y para que su posicionamiento en los buscadores no se vea perjudicado.

Por otro lado, no todos los eCommerce son iguales. El número de elementos que contienen y su complejidad puede ser muy variable. Por eso, las empresas especializadas, como Linguaserve, cuentan con diferentes tipos de servicios que se encargan de abordar los retos y requerimientos de cada tipo de comercio online, como traducción y localización, traducción especializada, traducción automática con post-edición humana, tratamiento de elementos gráficos y multimedia, testing lingüístico en navegación y verificación, y un largo etcétera.

Indistintamente del método de traducción elegido, lo esencial es que los internautas se topen con una web sin errores, a nivel técnico y de traducción, dado que esto podría minar la confianza, reducir las conversiones y hacer que la inversión en la internacionalización no dé el resultado esperado.