Emitir una factura y esperar hasta 90 días para su cobro es uno de los grandes problemas que se encuentran las empresas en su día a día financiero.
A este posible retraso, se suma el tener que declarar el IVA de la factura sobre la que se repercute dicho tributo, sin haber sido capaz siquiera de cobrarla, una situación real más común de lo que parece.
Por ello, el pronto pago de facturas puede acabar siendo el salvavidas de las empresas para que las cuentas cuadren. Pero, ¿en qué consiste esta tipología? Se trata de aceptar la reducción en el importe de la factura por parte del vendedor siempre que los pagos sean realizados con anterioridad al vencimiento de la deuda.
Es decir, es un acuerdo entre las dos partes por la que se ajusta el margen de beneficios siempre que se ejecute lo antes posible el pago. Un win–win que se suele decir, cada vez son más los clientes que se acogen a él para conseguir mejorar las tarifas finales de los productos o servicios al mismo tiempo que su proveedor consigue cobrar antes.
Basta con asomarnos al blog de BilliB para ver cómo este tipo de plataformas SCF (Supply Chain Finance) apuestan por este tipo de acuerdo dentro de la cadena de suministro para mejorar, no solo el rendimiento financiero, sino también para comenzar a mejorar los números de todas las partes que intervienen.
Darse de alta en este tipo de plataformas y comenzar a buscar la forma de mejorar precios, tiempos y optimizar los recursos es una de las decisiones que pueden acabar haciendo que los proyectos sean viables y no un problema de números.
Pero, ¿Es posible el pronto pago de facturas para los clientes? Siempre hay fórmulas que ayudan a que esto sea así. Ya sea directamente sobre la tesorería corporativa o incluso buscando una línea de financiación de pagos que agilice ejecutar las facturas, los beneficios en precio que se pueden obtener mejoran la capacidad de competir en un mercado cada vez más exigente y donde los que consiguen mejores precios de partida pueden acabar jugando con mejores márgenes finales.
Además, para quien presta servicio o provee el producto, la capacidad de cobrar antes también le mejora su propia productividad, pudiendo mejorar tiempos de respuesta a las solicitudes, no solo de productos, sino también de servicios y de post venta.