El hombre según la creencia judeocristiana fue creado a la imagen y semejanza de Dios. De acuerdo con el libro bíblico de Génesis, Dios habló de la tierra y todo en ella en la existencia. Hay una fuerza creativa en las palabras de Dios y porque el hombre comparte la naturaleza de Dios, exhibe este poder. Esta fuerza creativa está en funcionamiento cuando se llama a una persona por un nombre que tiene un significado. Cada vez que llamas el nombre de una persona llamas a la existencia lo que ese nombre significa o representa. Veinticinco años antes de que Abram fuera padre de un hijo, Dios cambió su nombre a Abraham, que significaba un padre de muchas naciones. Esto para las personas no judías hubiera significado vivir en negación dado que Abram no tenía hijos entonces, sino de acuerdo con los principios de la fe; simplemente estaba llamando a ser lo que no existía en ese momento. Sin embargo, Shakespeare en Romeo y Julieta piensa lo contrario y cree que los nombres son inconsecuentes; que una rosa llamada con otro nombre huela tan dulce.

Hace más de treinta años, mi compañera de cuarto en la facultad de medicina y yo discutíamos animadamente sobre la importancia de los nombres y cómo afecta la trayectoria de la vida de algunas personas. El nombre de una persona puede ser una profecía autocumplida; la gente tiene una manera de vivir el significado de sus nombres. Mi amigo recordó crecer y recordar a un hombre cuya traducción literal de su nombre significaba "ser un problema para otras personas". Este hombre inadvertidamente y en dos ocasiones diferentes estuvo relacionado con la muerte accidental de dos personas. Huelga decir que cambió su nombre a mitad de la vida para evitar más crisis personales porque creía que la raíz de sus problemas estaba en su nombre. Una figura bíblica en 1 Crónicas 4: 9 llamó a Jabez, cuyo nombre significaba "nacido en dolor". le pidió a Dios que cambie su suerte en la vida y luego lo bendiga y amplíe su costa para que ya no sea un depósito de dolor. Dios accedió a su pedido y su fortuna cambió y fue considerado honorable por tomar tal decisión.

El presidente de mi país lleva a Goodluck como su primer nombre y hasta ahora ese nombre le ha traído buena suerte no cuantificable. De origen humilde, obtuvo un doctorado en biología marina; entró en la política se levantó para convertirse en un vicegobernador en un tiempo récord y dentro de dos años se convirtió en un gobernador del estado después de la acusación del gobernador en ejercicio. Fue elegido vicepresidente apenas cinco años después en su carrera política y se convirtió en presidente cuando el presidente sustantivo murió en el cargo dentro de los dos años de tomar el juramento. ¿Qué mejor suerte puede traer un nombre a su portador?

Se dan nombres para revelar la misión de una persona como Jesucristo. Cuando una persona es llamada cristiana, este nombre reemplaza el nombre inicial de la persona y transmite la expectativa de carácter cristiano. El nombre cristiano implica que estás en el mundo pero no del mundo; Debes estar saturado con el fruto del Espíritu Santo. Cristo vive en un cristiano por fe y esto le permite aprovechar el poder divino para triunfar en su vida.

Un nombre aparte de identificar a una persona como un individuo distinto entre una comunidad de personas puede representar o ser considerado como la totalidad de lo que representa una persona. Las diferentes culturas tienen diferentes formas de nombrar a sus hijos y la importancia atribuida a los nombres varía en consecuencia. Los nombres en África y otras culturas a menudo reflejan las circunstancias que rodean el nacimiento de un niño. Por ejemplo, Moisés, que significa "extraído del agua", es un reflejo directo de cómo la hija del faraón lo salvó del mar. Circunstancias como el tiempo de guerra, el tiempo de hambruna, un momento de angustia familiar, un momento de éxito familiar ocupan un lugar destacado entre los nombres dados a los niños africanos.

Tu nombre es muy importante ya que podría ser una metáfora del bien o del mal. Adolf Hitler es un nombre, también lo es Mother Theresa, pero ambos representan valores diametralmente opuestos. Ambos dejaron legados; uno de crueldad y el otro de compasión. Déjennos vivir vidas tan cargadas de buenas obras que, al final de nuestras vidas, nuestros nombres serían memoriales de rectitud.