• En España se diagnostican cada año cerca de 1.400 nuevos casos de niños de 0 a 18 años con cáncer, siendo la primera causa de muerte infantil por enfermedad hasta los 14 añosn
• La tasa de error en los procesos de prescripción y administración de quimioterapia en niños disminuye en un 50% tras la implantación de programas de vigilancian

Una mayor innovación en oncología pediátrica mejoraría la eficacia de los tratamientos destinados a los pacientes infantiles. Así lo pone de manifiesto Lug Healthcare Technology, compañía española especializada en el desarrollo de soluciones tecnológicas para el ámbito sanitario, con motivo del Día Nacional del Niño con Cáncer, que se conmemora hoy jueves 21 de diciembre.

En España, cada año se diagnostican cerca de 1.400 nuevos casos de niños de 0 a 18 años con cáncer y, según la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer, esta patología es la primera causa de muerte por enfermedad hasta los 14 años. No obstante, la Sociedad Española de Hemato-Oncología Pediátrica destaca que la tasa de supervivencia a cinco años en esta edad alcanza casi el 80%.

A pesar de ello, los errores de medicación en pacientes infantiles ocurren en un porcentaje similar al de los adultos (la tasa de incidencia en España se sitúa en un 17%, según el Sistema Nacional de Salud), aunque en los más pequeños tienen entre tres y seis veces más potencial de causar daños que en los mayores. Las incidencias más comunes en oncología pediátrica son aquellas derivadas de una dosis inadecuada (22,9%), tiempos erróneos (22,6%), error de omisión (14,1%) y una incorrecta administración de los medicamentos (12,4%).

En el caso de aquellos que reciben quimioterapia por vía oral, la posibilidad de equivocación aumenta en la fase de administración debido a que muchos fármacos no están disponibles en formato líquido, por lo que las pastillas deben ser cortadas o machacadas en jarabes siendo, además, más susceptibles de ser rechazadas por vómitos.

La tecnología, una aliada para los procesos de oncología pediátrica

El uso de metodologías basadas en la automatización ayuda a reducir el riesgo de incidencias en los procesos de prescripción, validación, dispensación y administración de los medicamentos. En este sentido, la utilización de herramientas tecnológicas mejora la trazabilidad y el control de los fármacos, evita la repetición de ciclos y posibilita un mayor aprovechamiento de los restos y, en consecuencia, aumenta la calidad, seguridad y eficacia de los tratamientos dirigidos a los pacientes oncológicos.

De hecho, diversos estudios ponen de relevancia la importancia de establecer soluciones tecnológicas para optimizar las prácticas en los procesos destinados a pediatría. Según un informe estadounidense de 2017 destaca que el porcentaje de errores que alcanzaron al paciente se redujo de un 3,8% a un 1,9% tras la implementación de innovación. Del mismo modo, una publicación de 2013 refleja que la tasa de errores disminuyó un 50% después de la implantación de programas de vigilancia en la prescripción y administración de quimioterapia en niños.