Si existe una gran verdad innegable acerca del ser humano, es el hecho de que estamos envejeciendo. Mírate al espejo. A pesar de que todavía eres capaz de ver a ese niño de poco tiempo atrás (o mucho tiempo) a través de sus ojos, o ese joven adulto que salía a conocer mujeres ... Solo existe en la memoria de algunas personas que convivieron contigo y en los álbumes de fotos antiguas.
Somos muy parecidos a una vela, después de encendida se consume sin darse cuenta. Al principio la alegría de la vela es iluminar la vida de los otros y en el auge de su existencia resplandece con vigor. Pero, ambos sabemos lo que sucede con la vela ¿no es cierto? Con el pasar del tiempo su llama disminuye poco a poco y su capacidad de iluminar es cada vez más débil. Se apaga poco a poco, quemando a cada momento parte de su existencia.
De igual manera, la llama sobre la línea de nuestra existencia fue encendida el día de nuestro nacimiento y desde ese día no paramos más de envejecer. Haz la prueba, ve a los álbumes de fotogramas antiguos y observa cuánto has cambiado, o revisa Facebook, haz clic en tu foto de perfil y obsérvala detenidamente. Con seguridad te asustarás al hacer esto y ver que estás envejeciendo y esto quiere decir que cada día la vela de tu existencia se consumirá.
Otro hecho interesante sobre velas y el ser humano es que podemos encender cien velas al mismo tiempo y percibimos que algunas van a insistir en durar más tiempo que otras. Así sucede con nosotros, las personas a nuestro alrededor se están apagando. Sin embargo, éste es el curso natural de la vida. Pero piensa que al final de tu vida no todas las velas importantes para ti te acompañarán. No se trata de salir a conocer mujeres para no sentirte solo de repente, pero sí de cultivar afectos que te acompañen en tu travesía.
Venimos aquí en el intento de darte un consejo, y éste sería: "Se feliz, vive tu vida intensamente, aprovecha cada minuto como si fuera el último, pero no olvides tres cosas: está envejeciendo, las velas a tu alrededor se están apagando y Dios nunca te abandona. Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud, antes de que vengan los malos días. Recuerda siempre que solo conocer mujeres no es el objetivo sino ser un buen hombre al que quieran conocer.
