Las demoliciones y derribos se realizan tras haber cumplido una serie de documentación y procesos obligatorios, con el fin de que la intervención sea segura para los edificios construidos en las inmediaciones y que los materiales resultantes sean tratados correctamente con posterioridad.
Los derribos pueden realizarse de manera manual o de forma mecánica mediante grúas, excavadoras, etc. cuando el edificio no supera las tres plantas de altura. Sin embargo, en las construcciones de mayor tamaño se suele hacer uso de bolas de demolición, aunque la novedad en este tipo de trabajos son las cizallas hidráulicas rotacionales, así como las machacadoras de piedras silenciosas y excavadoras para cortar todo tipo de material. Además de las ya mencionadas, existen otros tipos de demoliciones como la demolición por explosivos y en siniestros.
-Demoliciones por explosivos: es la más rápida, ya que en segundos se consigue derrumbar la construcción dentro del perímetro de seguridad, sin dañar las infraestructuras cercanas. El proceso de preparación para una implosión es cuidadoso y largo, llegando incluso a superar varias semanas.
-Demoliciones mecánicas: realizada con maquinaria que varía en función del tamaño de la estructura, los operarios son personal cualificado para este fin.
-Demoliciones tradicionales: se conservan determinadas partes de la estructura mediante mano de obra y maquinarias pequeñas tradicionales.
-Demoliciones en siniestros: son las realizadas en edificios con peligro de derrumbe, ya sea por antigüedad, accidentes…
Empresas como Recemsa, El Chatarrero cuenta con las demoliciones y derribos entre sus servicios, además de gestionar posteriormente la clasificación y reciclado del material obtenido, que es muy variado: chatarras de hierro, de cobre, de latón, aluminio, vigas, rejas, forjados, etc. es recuperado y tratado en su planta de reciclaje. Acumulan más de tres generaciones de experiencia en el sector del reciclaje de la chatarra, lo que les aporta prestigio entre sus clientes.